20 de marzo de 2020

Me despierto a las seis y me saluda un mensaje de Amparo: toma una posición cómoda para aumentar tu autoconciencia... Desayuno meditación, que está bien rica y que además ayuda. Se expanden los proyectos que buscan sostener nuestra salud mental, la de los profesionales sanitarios en tiempos del COVID, que son tiempos de esquinas dolorosas. Y algunos, además, tenemos la fortuna de que nos pillan cerca, de que casi nos tocan, como Amparo, que es siempre una trinchera y lo es ahora, en estos días negros. Acepta lo que sientes, practica la atención, haz ejercicio, no te olvides de la vida que hay más allá del virus, reconecta contigo y con los tuyos, escribe y cuenta lo que sientes… Anclajes para el alma cuando el cuerpo está en tierra de minas.

En el hospital estamos todos bien. Lo pienso mientras entro al parking en mi cápsula musical de las mañanas, a ritmo de Bob Marley. Está bien la pareja de enfermeras que entra cogida de la mano, vestidas ya con uniforme blanco. Está bien el celador que sale de su coche con la mascarilla puesta. Está bien el camillero que fuma rendido en el capó de la ambulancia. La administrativa que corre con la bufanda tapándole la boca. Estamos todos bien. Está bien el médico que sale de la guardia, con los ojos hinchados. Estamos todos bien y nos cruzamos por las escaleras poniendo atención en no rozarnos. Está bien la señora que se afana en limpiar con lejía el pasamanos. Estamos bien quienes hemos puesto fronteras al amor y cohabitamos a través del Skype, y estamos también bien los que vivimos en un ay por nuestros padres, que cuidan de nosotros en las casas, que cuidan de nosotros y del virus. Lloramos y estamos todos bien. Estamos bien las que hemos cambiado la alegría del embarazo por la angustia. También están muy bien los jefes, los heroicos (porque los hay heroicos) que tocarán en la orquesta mientras flote y los que bracean en una parálisis patética. Bien estarán los que han huido hasta sus casas (porque hay quien abandona el barco) y los que achican agua como pueden. En esta nave del COVID estamos todos bien.

¿Y cómo estás tú, querida amiga? ¿Cómo estás tú, que recoges basura? ¿Y tú, que por tus manos pasan las monedas y la cesta de la compra de cada ciudadano? ¿Cómo te encuentras tú, que llenas los depósitos? ¿Y tú, mujer, que tienes a la bestia en casa? ¿Cómo estás tú, que la alarma te ha dejado sin trabajo? ¿Y tú, que no ves a tus nietos? ¿Cómo está tu vecina? ¿Cómo estás tú, en esa residencia de mayores que ha cerrado las puertas? ¿Y tú, que tienes que explicar a los agentes que vas a cambiarle los pañales a tu madre? ¿Cómo estás tú, que andas por las calles con guantes y con máscara? ¿Cómo estás tú, que corres?

¿Estamos todos bien?