4 de abril de 2020

—Estamos aprendiendo mucha medicina… ¿Hacía falta que aprendiéramos así? —Lo hablamos en el mismo descansillo donde hace quince días nos abrazábamos de pánico. Hoy estamos tranquilos, palpamos el control, la cosa amaina. Y seguimos aprendiendo, es nuestro oficio, de cuerpos y de almas. De todo lo que nos ocurre y nos rompe y nos sostiene. Aprendemos del virus, aprehendemos el virus, igual que él nos aprehende, en una maniobra de conquista mutua. Le vamos conociendo los rincones al ritmo provisorio de la ciencia, lo vamos achicando. Y ocurre (porque los caminos de la ciencia no son rectos) que venimos a tratarlo con un medicamento con el que también tratamos la malaria. En nada se parece el virus al protozoo que provoca la malaria, pero la inmunidad tiene algo de poética y viene a reunirlos por el mismo camino de la etimología, por el mismo camino también de la metáfora:

La cara biológica nos dice que existe algún motivo por el cual ese fármaco ayuda a nuestras células a enfrentarse al COVID y también a la malaria. El lado etimológico nos muestra la raíz, que es la ponzoña, porque virus proviene de veneno y malaria quiere decir mal aire. La parte metafórica es tal vez la más palpable, con ese poder que tiene la metáfora de convertir en cuerpo lo invisible: el COVID se nos hace patente en el mal aire (ese del que nos protegemos con la máscara). Pero la metáfora nos lleva mucho más allá de lo biológico y nos acerca al fenómeno social:

El virus, el mal aire… La irracionalidad en medio del colapso, las opiniones cargadas de imprudencia. El salto del pensamiento cívico (del pensamiento crítico y escéptico) al rastreo enfermizo de la culpa, a la urgencia de la culpa, a la tela de araña de la culpa. Lo pienso esta mañana de camino al trabajo, después del bofetón de las portadas y del tuiter. Montañas asfixiantes de veneno. El aire irrespirable de la univocidad.

Me pregunto si sabremos regresar de la metáfora, si podremos librarnos del mal aire. Si tendremos mascarillas suficientes para el hedor de tanta estupidez.